Te comprendo muy bien porque yo misma pasé por lo mismo hasta que comprendí el mecanismo de la mente y supe cómo cambiarlo.
Antes de estudiar Un Curso de Milagros, el I’Ching, el Tao Te Ching y de leer cientos de libros sobre consciencia, espiritualidad, zen, meditación y no-dualidad, no conseguía alcanzar la paz interior y el equilibro. Aparentemente todo en mi vida funcionaba bien y sin embargo, no gozaba plenamente ni me permitía ser feliz de verdad.
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Recuerdo que creía que lo era, pero ahora sé que en el fondo me conformaba solo con momentos esporádicos de placer que se iban igual que habían venido. Mi mente me dominaba fácilmente, reaccionaba de forma automática a la mínima y el ego tomaba las riendas sin darme cuenta.
En aquel tiempo, recuerdo que sufría estrés y ansiedad, iba siempre con prisas, me autoexigía de forma desmesurada, mi perfeccionismo extremo me bloqueaba y siempre pensaba que faltaba algo en mi vida, que quería más o me resistía a lo que estaba sucediendo, sintiéndome frustrada y con rabia. Vivía en un círculo vicioso de permanente insatisfacción y sufrimiento al que no le veía el fin. ¿Sabes a lo que me refiero, verdad?